miércoles, 27 de septiembre de 2017

Inseguridad 2.0

Estoy sola en la terraza de un bar porque he perdido el bus. La razón es muy sencilla: he visto unos gatetes muy monos. Unos diez. Tomando el sol. No me arrepiento de nada.

En fin, lo que pasa es que cuando una está sola pues piensa en cosas. No siempre buenas. Por no decir que casi nunca son buenas. Hoy me he puesto a pensar en que siempre ando buscando atención. Es muy hipócrita porque me pone muy nerviosa la gente que actúa buscando llamar la atención. Pero yo lo hago, y me he dado cuenta ahora, pensando mientras me tomo una coca cola. Por supuesto no me gusta nada darme cuenta de que cada vez que hago algo y nadie 'lo ve' me ponga triste aunque sea un poquito.

No lo hago a propósito. Ya me jodería.
Siempre siento que si no soy notable, no soy nada. Sé muy bien que si me gusta lo que hago es lo único que importa, que da igual lo que diga la gente. Pero aun así. Yo me sé la teoría, pero no lo pongo en práctica.

Igual me pasa con los amigos. Si no soy la primera opción, siento que no soy nada para ellos. Porque no soy suficiente. ¿Qué necesidad hay de ser la primera opción de nadie? Ninguna. Serlo o no serlo es cuestión de la otra persona y además eso en una amistad da exactamente igual. No tienes que ser la primera opción de alguien para que te aprecie y le importes. Y mucho menos ser la primera opción siempre. Pero lo pienso. Es horrible. No quiero, sé que no está bien, y aun así lo pienso. Me siento como si estuviera exigiendo su atención por pensarlo, es espantoso. Es un pensamiento demasiado egoísta. Esto también hace que sea incapaz de decir que no quiero quedar con alguien de forma explícita. Siempre dando largas, intentando no "ofender". Aun sabiendo que dar largas es mil veces peor que dejar las cosas claras. No quiero ser así. ¿Por qué soy así?
En fin.

Muchas gracias por leer hasta el final.

Saludos, y sed felices.

martes, 29 de agosto de 2017

Inseguridad.

Supongo que esto que voy a escribir ahora le pasa a todo el mundo constantemente. No soy ni especial ni distinta. Sólo alguien que quiere saber cómo actúa la gente ante estas situaciones.

¿Por qué me cuesta tanto creerme las cosas y a la vez soy tan crédula?

Lo que quiero decir es que puedo confiar al 200% en la persona que me lo está diciendo pero me cuesta creerme lo que me dicen. Si es algo bueno que sienten hacia mi, me lo tienen que decir mil, dos mil o tres mil veces para que yo me lo crea durante un solo segundo. Lo odio. Quiero creérmelo, pero a la hora siguiente ya estoy pensando en que era mentira. Que no lo piensan de verdad. Aun así, soy capaz de imaginar situaciones desastrosas con una posibilidad ínfima de que ocurran y creérmelo hasta el punto de llorar durante horas. No lo entiendo. Me siento mal porque parece que no confío en ellos. Me siento mal por necesitar que me lo digan.

Por otra parte, también me cuesta creerme lo que la gente me cuenta sobre su vida. Siempre pienso que me mienten, que en realidad no quieren contarme sus cosas, sus recuerdos, sus vivencias. Que me dicen cosas exageradas o que no les ha pasado solo para que yo me contente con ello. En este caso sí que sé por qué me pasa. Me mintieron tanto que ya no soy capaz de creerme nada. No creo que lo leas, pero por favor, espero que no sigas haciéndolo. No ganas nada inventandote una vida que no tienes.

¿Qué hace la gente en estos casos? De verdad, que no lo sé. Esta suele ser la razón por la que mi vida se puede resumir con esto:

"Me va bien, muy bien. La verdad es que no podría irme mejor. Pero entonces, ¿por qué odio tanto mi vida?"

La verdad es que es de un libro, (El juego de Ender) aunque no lo he escrito tal cual viene porque no me apetece buscarlo. Pero básicamente, mi inseguridad hace que me sienta así a diario, cada noche, cuando me quedo sola con mis pensamientos.

En fin, y estas cosas son las que pienso cuando no puedo dormir.

Muchas gracias por leer hasta el final.

Saludos, y sed felices.

lunes, 27 de febrero de 2017

Cada vez a peor.

Buenas.

Antes que nada voy a dejar claro que esto lo voy a escribir para desahogarme. No es algo entretenido y ni de lejos es interesante. Así que este es el mejor momento para dejar de leer y evitar perder unos valiosos minutos de vuestras vidas.

Hace unas semanas escribí una entrada en este blog. Al final del mismo dije que cambiaría, que dejaría de ser tan pesimista. Que sonreiría más.
Bien, esto no ha pasado. Además cada vez va a peor. Cada vez me siento más inútil y menos positiva. Como peor, duermo peor, me comporto peor. Estar mal conmigo me da igual, pero me jode profundamente estar así con la gente que me importa. Siempre sin energía y con cara de asco. Lo odio. Menosprecio su ayuda porque pienso que les voy a dejar de importar pronto. Porque si no me gusto yo, ¿por qué iba a gustarles a ellos?  Me demuestran tanto cada día y aun así sigo pensando que me voy a quedar sola, porque parece que es lo que estoy buscando. Paso días geniales y maravillosos pero en cuanto me despido, "he hecho esto mal... fijo que les ha molestado esto... hablo demasiado... soy una pesada... una bocazas". En fin. Les quiero tanto a ellos y tan poco a mí que no quiero que estén conmigo porque no me gusta cómo soy con ellos, y a la vez no quiero que me dejen nunca porque sin ellos sí que no sería capaz de nada. Es tan egoísta.

Este es otro punto interesante. Cada día soy más y más egoísta. Lo noto en general, en mis actos del día a día, y no me gusta nada. Lo odio. También antes daba más de mi. Nunca he dado mucho cuando el problema era mío. Pero cuando era algo que afectaba a ajenos daba, o al menos intentaba dar, el 100% de mi. Ahora ya no.

Me siento excluida en mi propia casa. No tengo ni voz ni voto, y lo tengo tan asumido que todo me da igual. Haga lo que haga seré una persona inútil y que no hace nada. Tener que plantearse dormir en el salón, que absolutamente TODO lo que pasa en casa es culpa tuya, irse a dormir tiritando, incluso preferir dormir debajo de un puente a seguir en casa. Odiar tanto estar donde estás y aun así no tener el valor de hacer nada al respecto. Porque vivir alimentado y con techo sin tener que hacer nada es muy cómodo. Porque vivir por tu cuenta da mucho miedo. Porque es muy hipócrita pensar que prefieres dormir debajo de un puente a tener que relacionarte con la gente de casa cuando estás calentito metido en una manta.

En resúmen, me doy mucho asco. No me gusta como soy y cuando estoy sola se nota. No sé qué hacer. En fin.

Muchas gracias por leer hasta el final.

Saludos, y sed felices.

viernes, 27 de enero de 2017

Miedo.

Te adaptas.
Crees que te adaptas.
Ríes, bromeas; pareces feliz.
Te dices: "los cambios son buenos".

Pero en realidad...

En realidad no te adaptas.
Te acostumbras, lo superas.
En realidad tienes miedo.

Miedo al cambio.
A lo nuevo, a lo desconocido.
Miedo a que cambies,
a que te cambien.
Qué dirán, qué pensarán.
Miedo a que te juzguen.

"Si no haces nada, no podrán decir nada."

Lo superas.
"No pasa nada."
"Estoy bien."

Pero en realidad...

En realidad lo soportas.
Lo intentas soportar.

Aun así, el miedo no se ha ido.
El miedo nunca se va.

------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Buenas! Hace dos años que no piso por aquí. En fin, espero que los que esperabais leerme podáis perdonar mi ausencia.

Esto lo escribí un día de enero de 2016, en un mirador al que fui sola a grabar el atardecer. La verdad, ha pasado bastante tiempo desde aquel día y sinceramente no recuerdo exactamente en qué pensaba en ese momento para escribir esto. Aun así, sí que me hago una ligera idea de lo que se me pasaba por la cabeza en aquel entonces; algo muy distinto y a la vez muy parecido a lo que se me pasa últimamente.

Lo primero que quiero hacer es disculparme a todos aquellos que escriben de verdad. Esto lo he escrito sin ningún tipo de conocimiento de estética o algo semejante. Lo escribí tal cual está, malamente, en un cuaderno que me habían regalado hacía unos días que me apetecía estrenar. He pensado mucho en cambiarlo antes de subirlo, porque estoy segura de que ahora no lo escribiría así. Pero no lo he cambiado. Por mí ahora y por mi yo de entonces.

También escribo esto porque me he dado cuenta de que desde la última entrada que escribí en este blog (que sin tener en cuenta las entradas de la historia han sido exactamente 827 días), mi forma de pensar ha cambiado. Es verdad que no ha sido un cambio radical, pero sí que ha cambiado en muchos aspectos.

Pero aunque mi forma de pensar cambie, hay cosas que nunca cambian. Con esto me refiero al mismo problema de siempre; aquel que plasmé con bastantes fallos de redacción en la primera entrada de esta página. Hace poco recibí un comentario que me hizo pensar otra vez como aquel entonces. Ahora no volveré a escribir lo que pensé, pero si os sobra un rato podéis leerlo en la entrada en cuestión. Viene a ser algo parecido.

El caso es que sigue igual. Llegados a este punto el problema empieza a ser mio. No contenta con eso, soy incluso más insegura que antes. No lo entiendo, me va bien. No hay ningún problema en concreto que me atormente. No tengo ninguna razón concreta para encontrarme como me encuentro, triste de forma constante. Todo me da miedo. Soy consciente de que es lo normal, no es malo tener miedo. Son demasiadas cosas nuevas por las que siento tanta indiferencia que me da pavor.
Aun así, lo que más miedo me da es haberme dado cuenta de lo mal que se me da consolar a alguien. No soy capaz de decir o hacer nada que haga sentir bien a alguien que sé que está triste. No sé qué decir y me bloqueo. Últimamente en mis pesadillas aparece la gente a la que quiero perdiendo a seres queridos. Los veo desconsolados, llorando. Y no soy capaz de hacer nada. Los veo alejarse, desaparecer de mi vida. Eso me da más miedo aún.

Por eso he decidido que voy a intentar cambiar las cosas. Si no entiendo lo que me pasa, esperaré hasta entenderlo. Quiero volver a esa época en la que la gente me paraba para decirme que siempre sonrío. No es cuestión de autoestima, es cuestión de que cuando la gente me decía eso, siempre lo hacía sonriendo. Si la única forma que tengo de hacer sonreír a alguien es sonriendo yo, que así sea. Si no encuentro razones para estar triste, no lo voy a estar. Voy a sonreír tanto como quiero que sonría la gente que quiero. A lo mejor no será fácil, probablemente no lo sea en absoluto. Pero quiero intentarlo.

Bueno, a lo mejor suponer que sonriendo yo podré hacer sonreír a alguien ha sido un poco egocéntrico. A pesar de eso, estoy bastante segura de que con mala cara sí que será imposible. Llevaba mucho tiempo pensando en escribir esto, a lo mejor he hecho bien y todo.
Muchas gracias por leer hasta el final.

¡Saludos, y sed felices!

miércoles, 24 de diciembre de 2014

"Hace 7 días. Lunes, 7:00 am"

Hola gente! Ya que estamos en vacaciones, voy a deleitaros con mi magnífica compañía. Si mal no recuerdo, hace unas semanas os escribí el primer capítulo de una historia. Si os gustó, estáis de suerte, en esta entrada escribiré el capitulo dos. El título es el mencionado arriba, "Hace 7 días. Lunes, 7:00 am". Así, sin más preámbulos, procedo:

------------------------------------------------------------------------------------------------

Hace 7 días. Lunes, 7:00 am.

Como todos los días, la misma rutina. Madrugar, desayunar e ir al instituto. Física a primera, dibujo a segunda y lengua a tercera. Ahora, el recreo, veinte minutos de libertad. Como todos los días, ir a la azotea, sentarse en la valla a comer el almuerzo mientras habla con sus amigas. Hace un día agradable, poco habitual para principios de noviembre. Por lo demás, todo parece ser como siempre.
Suena el timbre, más fuerte de lo normal.
Cuando Estela iba a saltar de la valla para dirigirse a su clase, ésta cede. Estela se precipita hacia el vacío que tenía detrás. Toda su vida pasa ante sus ojos. "Sí que es verdad lo que dicen de que ves toda tu vida pasar cuando mueres..." piensa. Preguntas como "¿Qué pasará cuando yo no esté?" o "No me casaré nunca, ni siquiera me enamoré." ya no importan.

Veinte metros.

Tan solo veinte metros separan a Estela de vivir y morir. Había oído alguna vez nosequé de las fases emocionales en el momento de morir o algo por el estilo, pero ella no siente nada, un poco de pena tal vez. Pero piensa que no sirve de nada apenarse por algo inminente.

Diez metros.

Sigue cayendo y la adrenalina sigue subiendo. Piensa por un momento en las cosas que ha hecho y que se han quedado sin hacer. Después, se prepara para el impacto.

Cinco metros.

Sigue cay... Espera. Ya no cae. Mira hacia abajo. Está suspendida en el aire. A su alrededor, profesores y compañeros gritan y comentan:
- ¿¡Qué está pasando!?
- ¿¡ESTÁ VOLANDO!?

"Sí, claro, volando... ¿¡VOLANDO!?" Claro, no caer se considera volar. "¿¡Por qué!? ¿¡Qué es esto!? ¿¡QUÉ ME PASA!?" A medida que aumentaba el miedo, la sensación de suspensión disminuía. Entonces, volvía a caer.

Un golpe, y todo negro.
.       .      .

------------------------------------------------------------------------------------------------


Bueno chi@s, esto es todo por el capítulo dos de la historia de Estela. ¿Qué os parece? Lo mismo, si veis algún fallo, comentarios. Si os parece estupentástico, comentarios también. Con esto me despido, ya que es Navidad y una tiene que hacer caso a su familia y esas cosas. Así que felices fiestas, comed mucho turrón y os espero el año que viene.

Saludos y sed felices!

lunes, 8 de diciembre de 2014

"Así están las cosas"

Hola gente!

Hace mucho que no os escribo, pero oye, una tiene sus cosas. Nunca es tarde, o eso dicen, así que allá voy.
Hace unos meses, exactamente en clase de filosofía, le pedí a una compañera de clase que me dijera cuatro palabras para escribir una historia. Las palabras fueron "Estela", "Cádiz", "Correr" e "Inteligente". Ya he escrito varias páginas, y me gustaría compartirlas con vosotros. Tengo varios "capítulos" (si así se pueden llamar) escritos, pero como tengo intención de seguir escribiendo, los subiré uno a uno. Dicho esto, procedo. Espero que os guste.

------------------------------------------------------------------------------------------------


Cádiz, Noviembre del año 2014.

"A ver Estela, tranquilízate. Analiza la situación. La puerta está bloqueada y la otra opción para salir es la ventana. No me puedo quedar aquí, más que nada por el fuego, no se si eso me hace daño pero no me apetece comprobarlo. El humo sí parece afectarme. Mi super-resistencia es solo exterior, no interior, lo tendré en cuenta. Podría saltar por la ventana, pero vivo en un sexto y da a la calle... no es buena idea. No me pasaría nada, pero tengo que pasar desapercibida. Podría intentar atravesar la pared, al fin y al cabo, pensar planes complicados no es lo mío. No es una gran idea, pero podría funcionar."

Cabeza gacha y hombro por delante, Estela echó a correr. La habitación no era grande, así que no tardó más que unos segundos en alcanzar la pared. En ese momento, pasa algo extraño.
Atravesar... sí, técnicamente sí que había atravesado la pared. Lo único raro es que, lo normal habría sido que se hubiese roto la pared, pero estaba intacta. Estela sentía como si hubiese atravesado una gruesa capa de agua o algo similar.

"Perfecto, más poderes".

Mientras bajaba corriendo las escaleras, pensaba en todo que había pasado en estos últimos días. Lo que al principio le pareció genial y ahora es su peor pesadilla. Todo empezó hace una semana.
.       .      .

------------------------------------------------------------------------------------------------

Ahí está. No es mucho pero es de lo mejor que he escrito. Si lo leéis y veis algún fallo o algo que os llame la atención, no seáis escrupulosos, ponédmelo en los comentarios. Y si os ha parecido perfecto y maravilloso, pues también, ponédmelo en los comentarios que nunca sobra. Con esto me despido, están cerca las vacaciones de navidad y como no me ha quedado ninguna, tal vez me veáis más por aquí. Tal vez como buena moderna de Internet, haga un especial de navidad y todo.

Muchas gracias por leer hasta el final, espero que os guste.
Saludos y sed felices!

jueves, 23 de octubre de 2014

"Te quiero"

Es cierto que cuando te alejas de algo o de alguien, es cuando te das cuenta de lo mucho que te importa y vas a echar de menos. Ayer, 22 de Octubre de 2014, me he despedido de mi hermana mayor. Se va a vivir muy lejos, por cosas de la familia. No me he sentido así en mi vida. Sé que la voy a volver a ver, que no es un adiós, pero aun así me duele mucho. Ahora me arrepiento de no haber pasado un día, una hora, un minuto más a su lado.

En base a esto, me gustaría preguntaros: ¿Sabemos realmente lo que significa un "adiós"?

Un "adiós" es más que una interjección para despedirse. Un "adiós" no es un "hasta luego" ni un "ahora nos vemos". "Adiós" es otra de las muchas palabras infravaloradas hoy en día. Es una palabra que no debería usarse en despedidas normales. Para eso existen los "hasta mañana", los "nos vemos" o los "nos vemos luego". Un "adiós" significa mucho más.
Cuando alguien dice esa palabra, significa que sienta lo que sienta, no van a verse nunca más. Pensad en toda la gente a la que habéis dicho adiós, en esta semana mismamente. Pensad que a esas personas no vais a verlas nunca más. Eso es lo que significa un "adiós", una palabra de la que creo que muchas personas se arrepentirían de haber pronunciado.

Lo que quiero deciros es que, con esto que me ha pasado, quiero hacer que reflexionéis bien a quién decís adiós y cuándo. No es una palabra que haya que tomarse a la ligera. Apreciad lo que tenéis, antes de que tengáis que decirle adiós.

Esta entrada está dedicada a mi hermana. Nos volveremos a ver, pronto, te lo prometo. Te voy a echar de menos. Cuídate y sé fuerte. Te quiero.

Y al resto de la gente que ha leído esto recordad, apreciad siempre lo que tenéis ahora, antes de que sea demasiado tarde. Muchas gracias por leer hasta el final.

Saludos y sed felices.