miércoles, 8 de octubre de 2014

Las clases, siempre aburridas (?)

Buenas noches.

Ya que mañana hacen tres semanas del comienzo del curso (al menos para los alumnos de ESO y Bachillerato, que yo sepa), plantearé una duda que a mí se me ha planteado varias veces:

"¿Las clases siempre son aburridas?"

Muchos no dudaréis en decir que sí, y yo tampoco. Pero pensadlo un poquito más. Vamos, no seáis vagos. ¿Realmente creemos que ir al instituto es aburrido? Tal vez pereza sí nos dé. A todos. Madrugar y esas cosas, ya sabéis. Pero aburrido, lo que se dice aburrido... No sé yo. 

Todas estas opiniones o ideas que tenemos de aquello a lo que llamamos "instituto", personalmente creo, que cambian según una serie de variantes:

Variante nº 1: Los profesores.

Seres los cuales podemos dividir en dos grandes grupos. El primer grupo, formando la mayoría, consiste en aquellos que tienen un espíritu más libre. A la hora del recreo salen a tomar un café (algunos más atrevidos toman una copita de vino), abandonan el centro a la hora de la salida, etc. Luego está el segundo grupo, formando la minoría (lo que no quiere decir escasa), que consiste en esos seres como de un rango superior a los profesores normales. Capaces de vaciar un pasillo con tan solo su presencia, que vayas cuando vayas al instituto siempre está pululando por los pasillos y verle con ropa de calle/abrigo es casi un milagro. Bueno, tampoco nos olvidemos de que en toda regla existe una excepción. En este caso, son los denominados profesores "guays". Seres amigables y bromistas, unos cachondos de la vida que se divierten vacilando a los alumnos novatos y bromeando con los veteranos. Por lo general, suelen ser generosos en cuanto a la calificación, aunque hay alguno que puede llegar a ser un verdadero (disculpadme por la expresión) cabrón/cabrona. Me apuesto lo que sea a que se os ha ocurrido al menos un nombre de alguien que encaje en estas descripciones. 

Por lo que habéis podido comprobar, tipos de profesores hay muchos. Los hay más o menos sosos pero nunca aburridos del todo. Aunque sí es cierto, el que te caiga bien un profesor y que sea bueno dando clase (y viceversa) , no siempre es directamente proporcional por desgracia.

Variante nº 2: L@s compañer@s.

Este es un tema un tanto delicado. Para empezar, analicemos lo evidente: si te caen mal o si te caen bien. Eso condiciona mucho tus hábitos de estudio o tus ganas de asistir a las clases. Suena obvio, lo sé, pero bueno en esta entrada no estoy diciendo más que obviedades, así que no os quejéis. Pero (inciso: esto que voy a decir a continuación puede sonar sexista, me disculpo si ofendo a alguien) una verdad evidente es que existe una diferencia abismal entre el comportamiento de las chicas y de los chicos. En mi opinión, veo más viable una clase sólo de chicos, que una clase sólo de chicas, y os voy a explicar por qué. 

Una clase sólo de chicos puede ser un poco estresante para los profesores por la actitud infantil que pueden adoptar (no todos, solo generalizo y menciono los tópicos, no me peguéis). Pero yo sólo veo ese problema. Es decir, habría alguna bronca, no se puede negar, y suponiendo que hablamos de una clase de bachillerato, pienso que las probabilidades de bulling no son muy elevadas (lo que no quiere decir que no existan y que no me parezca mal). Pero por lo general en mi opinión, entre los chicos las relaciones son simples: si se llevan bien, se juntan, si no, no se juntan. Punto (repito, por lo general).

Las chicas no. Las chicas somos retorcidas por naturaleza, rencorosas (aunque no sea intencionado), y bastante falsas. Muchas lo negaréis pero es cierto y lo sabéis. Las amistades para las chicas pueden cambiar con un sólo comentario o acto, y entre nosotras, nos cuesta perdonar. Yo suelo comparar (por experiencia propia) las amistades entre, chicas con un negocio empresarial. Siempre hay un "no me cae bien pero es popular así que mejor llevarme bien con ella", o "me cae bastante bien pero no me relacionaré mucho con ella porque a mis amigos de siempre les cae mal", y muchas versiones por el estilo, lo cual me parece francamente repugnante. 
Hay pocas que son amigas de verdad, no digo que no las haya, sólo digo que son pocas. Diría yo que más o menos, el 70% de las chicas que aseguran ser mejores amigas, no lo son, y el 90% de los "grupitos" de mejores amigas, hay muy mal rollo entre ellas. 
Con respecto a la falsedad, no siempre en el mal sentido. Solemos mentir al dar opiniones por unas razones muy absurdas, como "no quiero hacerla daño", "no quiero que piensen raro de mí" o "prefiero ahorrarme problemas". Otra cosa que me parece también repugnante. En estos casos, yo creo que lo mejor es decir la verdad. La persona a la que no quieres herir, seguramente prefiera la verdad, a lo que piensa que quiere escuchar. Si crees que van a pensar raro, o que te van a discriminar por tus ideas, lo mejor es que cambies de amigas. Y si lo que quieres es ahorrarte problemas, y el tema es algo serio, ¡NO SEÁIS COBARDES! Finalmente siempre será mejor atreverse en el momento, que arrepentirte después.


Como conclusión diré, que no siempre las cosas son lo que parecen. Podemos pensar que algo es de una manera, que tal vez sea cierto, pero que esa idea salga de una reflexión equivocada, o le estemos echando la culpa a alguien o a algo que realmente no es. No porque no se lo merezca, simplemente porque los tópicos y estereotipos nos marcan cosas que de vez en cuando no son ciertas. 
Realmente no sé si yo sería capaz de seguir estas pautas pero yo os lo recomiendo, ¡TENED LAS IDEAS CLARAS! Dudar no es malo, pero como todo, en su justa medida.

Esta entrada ha sido un tanto crítica. Simplemente son opiniones. Si te ha gustado, me alegro, y si no... puedes odiarme si quieres pero ya lo has leído ¡Já! 

Ahora en serio, si he ofendido a alguien, me disculpo. Ninguna de las dos entradas que he publicado, o que pueda publicar en un futuro van con intención de herir a nadie.

Dicho todo esto, me despido de vosotr@s. Muchas gracias por leer hasta el final. 

¡Saludos, y sed felices!

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